Esta tarde ya se han visto y escuchado las primeras grullas, aunque sigue haciendo calor, ellas no entienden de meteorología, y como todos los años, llegan a los tibios campos extremeños, procedentes de los países del norte de Europa.
Buscan el sur, nuestro clima templado y el alimento que encuentran en nuestras dehesas y campos.
Parece que han adivinado que las labores de cosecha ya han empezado. En los campos empieza a recogerse ya el arroz y el maíz que les sirve de alimento y las dehesas empiezan a dar su fruto.
Ya se oyen los bandos, con su peculiar sonido, desde el norte de Europa, siguen la llamada de su migración, la que llevan a cabo todos los años por estas fechas.
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